A medida que Washington estudia la flexibilidad en materia de atención virtual que debe mantenerse después de la COVID-19, los expertos señalan que reducir el acceso y la asequibilidad de la telemedicina afectará proporcionalmente más a las mujeres, y ello a pesar de estar surgiendo un número cada vez mayor de empresas nuevas dedicadas a atender las necesidades de salud específicas de las mujeres.

Aunque las mujeres son más propensas que los hombres a acudir al médico y consumir servicios sanitarios en general de por sí, la telemedicina parece estar resultando especialmente atractiva para las mujeres.

El ahorro de tiempo y la comodidad que ofrece la atención virtual son especialmente útiles para las cuidadoras, una labor realizada históricamente por mujeres. Según los expertos, la pandemia ha provocado que un gran número de cuidadoras utilicen la atención virtual para atender las necesidades de sus seres queridos, y las suyas propias.

Diferentes startups han aparecido para responder a esta demanda, lo que ha dado lugar a un crecimiento vertiginoso del sector femtech (o de tecnologías femeninas) en el último año y medio.

Según Rock Health, entre enero y agosto de este año, las startups de salud digital enfocadas en el público femenino recaudaron la friolera de 1.300 millones de dólares en 26 operaciones, lo que supone casi el doble de toda la financiación obtenida en 2020 —y esto a falta de cuatro meses para que termine el año— .

Como resultado, la oferta de telemedicina ha evolucionado más allá de las tendencias históricas centradas en la fertilidad y el seguimiento del embarazo, para ofrecer servicios más completos, desde atención sanitaria relacionada con la menopausia hasta atención primaria, pasando por consultas ginecológicas a distancia o atención y coordinación telefónica en materia de maternidad.

El creciente uso por parte de los pacientes de la salud digital y la telemedicina enfocada al público femenino, unido al incremento en la inversión en la materia, se produce en un momento en el que las autoridades reguladoras se plantean hasta qué punto debe estar permitida la telemedicina en la era post-COVID-19. Sin embargo, las mujeres dicen que, aunque no se trate de la primera opción a la hora atender sus necesidades médicas, no quieren perder la comodidad que ofrece el servicio.

Amber Bigler Newman, una profesional del marketing tecnológico afincada cerca de Sacramento (California), echó mano de la telemedicina por primera vez el pasado mes de mayo y, desde entonces, ha recurrido a ella en otras dos ocasiones para que le recetaran medicamentos contra las infecciones crónicas del tracto urinario que padecía. La nueva modalidad le ha permitido obtener la medicación, y hacerlo protegiendo a su marido inmunodeprimido de la posible exposición al COVID-19 que hubiera supuesto acudir a la consulta del médico.

Bigler Newman, que calificó de "ideal" la atención prestada por medios digitales, dijo que sin duda volverá a utilizar la telemedicina, incluso una vez pasada la pandemia.

"Es, sin duda, una cuestión de comodidad", aseguraba Bigler Newman a Healthcare Dive; "creo que es una herramienta valiosa para todos. Lo veo como una parte importante de cómo se prestará la asistencia sanitaria en el futuro".

Las mujeres, tanto doctoras como pacientes, utilizan proporcionalmente más la telemedicina

Los datos de los diferentes proveedores de telemedicina de EE.UU. que han sido compartidos con Healthcare Dive, muestran que las mujeres realizan muchas más visitas a través de estos medios que los hombres.

El gigante de la atención virtual Teladoc señaló que, en el primer trimestre de 2021, las mujeres representaron el 64% de las consultas médicas generales, mientras que los hombres solo alcanzaron el 36%. Las mujeres de 25 a 44 años son las usuarias más frecuentes de los servicios de telemedicina, mientras que las mujeres de 45 a 64 años son las que utilizan con más frecuencia los servicios para el tratamiento de enfermedades crónicas.

Según Amwell, una red de proveedores con sede en Boston, se experimentó un aumento de pacientes masculinos en torno al pico inicial de la pandemia el año pasado, pero desde entonces las visitas han vuelto a la distribución por sexos anterior a la pandemia.

Según añade esta compañía, si se observa el uso de la telemedicina de forma global en todas las líneas de negocio y áreas terapéuticas de Amwell, los pacientes femeninos son "significativamente más propensos" a utilizar la atención virtual.

Del mismo modo, casi dos tercios de los usuarios de la plataforma de la empresa de telemedicina MDLive son mujeres: más de la mitad de las revisiones anuales de MDLive las realizan mujeres; y el 70% de estas revisiones se realizan en mujeres de entre 25 y 45 años, lo que apunta a que la atención virtual está desempeñando un papel valioso en las necesidades generales de salud de este grupo demográfico.

Como explicaba a Healthcare Dive Cynthia Zelis, directora de medicina de la empresa, MDLive, no dispone de datos sobre las razones por las que las mujeres son más propensas a utilizar la telemedicina. Pero, anecdóticamente, las usuarias citan como ventajas

Además, decía Zelis, "las mujeres, tradicionalmente, aplazaban su propio cuidado para centrarse en las necesidades de los demás miembros de su familia y sus demás seres queridos". "La pandemia de COVID ha traído consigo retos únicos que ponen de manifiesto la necesidad de hacer que el acceso a la atención sanitaria para las mujeres sea sencillo y sin complicaciones".

Los datos sugieren también que las doctoras ofrecen servicios de atención virtual en mayor proporción que sus homólogos masculinos, probablemente por las mismas razones.

Algo más del 60% de los doctores de Doctor on Demand son mujeres, mientras que el 65% de los usuarios de este proveedor también son mujeres. Según declaraba la empresa a Healthcare Dive, estas dos cifras se han mantenido constantes a lo largo de la pandemia.

Por otro lado, los datos de la plataforma de telesalud Doximity, publicados el año pasado, muestran que las doctoras adoptaron la telemedicina a un ritmo significativamente mayor que los doctores durante la COVID-19. El estudio, que analizó el interés por género de los doctores en las oportunidades de trabajo que estaban surgiendo, reveló que las mujeres estaban un 24% más interesadas que los hombres en los trabajos relacionados con la telemedicina.

Se trata de un aumento significativo con respecto a los datos de 2019, que mostraban que las doctoras estaban interesadas en los anuncios de puestos de trabajo relacionados con la telemedicina en una tasa 10% superior a sus homólogos masculinos.

Facilitando el cuidado para las mujeres estadounidenses

Las tareas de cuidado no remuneradas y la crianza de los niños son cargas que tradicionalmente recaen de forma desproporcionada en las mujeres. Se trata de una situación única que, a pesar de resultar emocionalmente gratificante para muchas de ellas, pone a prueba su salud mental y física.

En comparación con sus compañeros no involucrados en estas tareas, las mujeres que las realizan tienen más probabilidades de manifestar problemas de salud, padecer enfermedades crónicas y sufrir depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental. Una de cada cuatro personas que realizan este tipo de tareas afirma que le resulta difícil cuidar de su propia salud, mientras que una proporción similar afirma que esas tareas han repercutido negativamente en su propia salud. La creciente escasez de profesionales en la materia no hará sino aumentar la carga de las mujeres estadounidenses.

Según los expertos, en los últimos tiempos, tanto madres como cuidadoras han recurrido en masa a la telemedicina para atender su propio bienestar mental y físico, así como el de sus seres queridos.